La terapia individual es un proceso de interacción, el terapeuta ayuda a la persona que viene a consulta a encontrar las habilidades y fortalezas que ya existen en el paciente. A partir del autoconocimiento, el paciente se da cuenta de los patrones de comportamiento que le limitan y puede empezar a practicar otras formas de actuar, atrayendo de esta forma lo que quiere a su vida. Es un proceso de crecimiento y aprendizaje a través de la curiosidad y la experimentación. Las sesiones son de absoluta confidencialidad, un espacio para la libertad y la confianza.
Adultos: Algunos de los motivos que suelen traer a la persona a terapia son problemas de ansiedad, estrés, fobias, trastornos de estrés post-traumático, depresión, desmotivación, tristeza, proceso de separación, duelos, dificultad para afrontar ciclos vitales, trastornos del estado de ánimo, trastornos de personalidad, toma de decisiones, situación de cambio o crisis, trastornos sexuales, problemas de pareja, problemas de relación con familiares o amigos, dificultad para encontrar pareja, adicción al amor, habilidades sociales, dificultades en la consecución de metas u objetivos.
Mayores: Las personas mayores, se enfrentan a muchos cambios, a veces en un corto periodo de tiempo, lo que puede derivar en confusión o incluso deterioro cognitivo. Algunos de los aspectos que solemos trabajar es la sintomatología ansioso-depresiva asociada a problemas de articulaciones, huesos, dolores musculares, o bien estimulación para la memoria, atención y procesos cognitivos.